¿Cada vez que piensas en ir al trabajo es un suplicio? ¿Eres de los que no soporta los lunes, y el viernes a mediodía es tu momento más feliz de la semana? Si has respondido sí a las dos preguntas, necesitas cambiar de trabajo.
Lo cierto es que pasamos muchas horas trabajando y, por ello, nuestro trabajo no tiene que convertirse en una pesadez, sino en un espacio importante de nuestra vida en el que estemos invirtiendo en nosotros mismos, en nuestra formación y en desarrollarnos como profesionales. Es por este motivo por lo que no tiene sentido estar en un trabajo que no nos aporte algún tipo crecimiento laboral y personal, que no justifique el sentido de nuestro tiempo ahí.
Decirlo es fácil, pero sabemos que a muchos de nosotros, en la mayoría de ocasiones, nos invade la comodidad, el conformismo y el miedo al cambio. Por ello, te dejamos 6 razones clave que te ayudarán a ver por qué deberías cambiar de trabajo:
- No estoy motivado
La motivación es la gasolina que tenemos todos para seguir adelante en el día a día, y más en nuestro trabajo. Es momento de preguntarse: ¿qué es lo que me hace seguir yendo a trabajar? Si no encuentras ninguna razón, plantéate si te ilusiona tu trabajo y si verdaderamente es tu lugar. La motivación va muy relacionada con el disfrute: ¿te lo pasas bien en tu trabajo? Ya sabemos que no todos los días son una fiesta -hay que elaborar informes, reuniones menos apetecibles etc.- pero te puede compensar viendo el resultado final de tu trabajo. Si este no es el caso, síntoma de más para cambiar de trabajo.
- Estoy estancado en mi carrera
Has tocado techo en la empresa en la que estás y no hay posibilidades de seguir creciendo. Este es, sin duda, uno de los puntos más importantes que te tiene que tentar a provocar un cambio en tu carrera profesional. El crecimiento es fundamental para el ser humano; debería ser como el comer. Así, vivir cada situación en la empresa como un desafío o una nueva oportunidad de mejora es vital. Si has perdido tu capacidad de crecer, es tu momento de dar un cambio a otro sitio en el que aportar valor a lo demás y a ti mismo.
- Necesito ganar más
El sueldo es un motivo importante para considerar. Y es que tu trabajo tiene un valor y aporte a la empresa que debe ser recompensado. Si consideras que tu sueldo no corresponde con las expectativas del momento en el que estamos, lo primero que tienes que hacer es comunicarlo a tu responsable y, si una vez comunicado no recibes respuesta o acción por parte de la compañía, es el momento de dar rumbo a otro lugar donde se cumplan estas expectativas.
- No estoy cómodo con el ambiente de trabajo
Son muchas las horas de trabajo y de relación con otras personas que se convierten en tu “familia laboral”. Por esto, es importante estar cómodo con tus compañeros y crear una confianza para poder comentar cualquier circunstancia sin problema. Por lo general, todos acabamos encajando en un sitio, pero, a veces, hay situaciones que se escapan de nuestro control: un jefe muy autoritario, equipos poco coordinados que hacen del trabajo un caos o que la situación en la empresa sea complicada y afecte a todo el entorno. Aquí hay dos opciones claras: tener paciencia y esperar a que la cosas cambien o, si ya es una situación complicada que te afecta en tu día a día, cambiar de trabajo es tu mejor elección.
- Mi vida personal se está viendo afectada
Antes que nada, estar bien con nosotros mismos y con nuestra familia es fundamental. Son muchos los que no cambiarían el afecto y cariño de sus seres queridos por el trabajo mejor pagado del mundo. Si tu trabajo supone un límite de tu vida personal o te impide compaginarlo con dedicar tiempo a tus aficiones, esto tiene ser un signo claro de que tal vez deberías hacer un parón y buscar un proyecto que se ajuste más a tus necesidad. No todo en la vida es trabajar, por ello, el equilibrio entre nuestra vida profesional y personal debe ser primordial.
- Peligra mi puesto
Cuando el río suena agua lleva. Si ves que la situación en la empresa es complicada y que las cosas no van bien, posiblemente la vida te esté dando señales de que -aunque te veas obligado por la situación- necesitas un cambio.
Sin duda, estas seis razones son diferentes situaciones a las que una persona puede estar sometida en su entorno laboral y que -siendo todas igual de importantes- hay que tener muy en cuenta a la hora de hacer una evaluación de nuestra trayectoria profesional.
Una vez valoradas todas estas opciones, es probable que tengamos claro que queremos dar este cambio. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones, no sabemos por dónde empezar. Por ello, ponernos en manos de profesionales que nos ayuden y acompañen en la reorientación y desarrollo de nuestra carrera profesional, puede ser clave en la búsqueda de nuestro nuevo proyecto.
¿Estás preparado?