De una manera cada vez más recurrente, como si de un martillo percutor se tratase, me encuentro en diferentes tertulias, foros, medios de comunicación, la idea, tal vez inquietud, de cómo nos está afectando a los profesionales, en nuestra presente y futura empleabilidad, el auge de las nuevas tecnologías.
Lo que queda claro es que la digitalización y robotización de infinidad de trabajos emerge como una tendencia inevitable y que está transformando imparablemente nuestro ecosistema laboral, produciendo la extinción de muchas actividades; y lo que es más relevante, transformando la manera en la que los profesionales podemos seguir aportando valor al sistema productivo a través del desarrollo de nuestras habilidades y competencias.
Un reciente estudio de McKinsey Global Institute (2017) realizado en 46 países que representan el 80% de la fuerza laboral mundial señala que casi la mitad de los puestos de trabajo pueden ser automatizados utilizando la tecnología actual.
Otro estudio, en este caso de Thomas Frey (Da Vinci Institute) predice que el 50% de los puestos existentes actualmente, cerca de 2 billones, desaparecerán en el 2030.
Como colofón a esta idea, Carl B. Frey y Michael A. Osborne (Universidad de Oxford), apunta que en 10 años el 47% de los empleos en Estados Unidos podrían ser ocupados por robots.
Sea como fuere, como finalmente quede el terreno de juego después de la “ciclogénesis digital”, si queremos mantenernos titulares en el campo deberemos abandonar nuestro entorno de confort, abandonando el desarrollo de tareas repetitivas, estructuradas y basadas en reglas, y por el contrario abordar un cambio de mentalidad, que nos posibilite adaptar nuestras competencias a este nuevo espacio.
El doctor John Moravec, fundador del Education Futures y creador del concepto “Knowmads”, nos ofrece varias pistas sobre la visión y habilidades que serán claves y tendremos que desarrollar:
- Aprovechar la información, convertirla en conocimiento y compartirla.
- Innovación e intuición para transformar lo imaginado en ideas productivas.
- Concepción global del mundo, sin fronteras, colaborando desde cualquier sitio a través de la tecnología.
- En continuo proceso de aprendizaje y experimentación.
En esta línea, un estudio de Manpower Group (2016), en el que participaron 3.791 empresas europeas indica que para el año 2020 más del 36% de los puestos de trabajo requerirán habilidades enfocadas en la resolución de problemas como la persuasión, inteligencia emocional, capacidad de enseñar a los demás etc.
Además, apunta que el 52% de los puestos actuales requerirán competencias sociales y cognitivas como la creatividad, flexibilidad cognitiva y el pensamiento crítico.
Ante este panorama, ¿qué es lo que está en nuestra esfera de control para seguir siendo competitivos en un futuro, del cual la única certeza que tenemos es que va a seguir siendo incierto?
Pues sin pretender ofrecer un compendio de remedios exclusivos y mucho menos infalibles, te propongo que te detengas a pensar en:
- El nuevo concepto de “learnability” o lo que es lo mismo, ampliar la capacidad que tenemos de aprender. No se trata tanto de saber cómo podemos mejorar los procedimientos didácticos para aprender más, sino de aumentar las capacidades de aprendizaje combinando tres frentes: la actitud que supone el interés por aprender, una postura activa ante el aprendizaje, la confianza en la propia capacidad intelectual.
- Modificar la manera en la que se puede abordar el aprendizaje, en el sentido de enfrentarte a situaciones de la vida real y en el proceso descubrir ideas poderosas que amplíen tu comprensión de la realidad.
- Las empresas del futuro pretenderán habilidades de las que llamamos “blandas”, esas habilidades que han podido pasar desapercibidas hasta la fecha y que sería conveniente revises y pongas sobre la mesa, ¿debes desarrollar alguna de ellas? Piensa que se trata de habilidades propias del ser humano, jamás (por el momento) sustituibles por una máquina o robot y que a futuro serán determinantes aspectos como la empatía, confianza, sensibilidad, habilidades sociales…
- Otro dato que alarma es que más del 70% de los empleos futuros aún no existen, por lo que imagina… ¿cuántas veces no tendrán que cambiar de “gorra” y “camiseta” profesional nuestros futuros trabajadores? Está claro que nuestros jóvenes tendrán que reciclarse entre 10 y 14 veces a lo largo de su vida, pero y tú, ¿estás preparado para afrontar y adaptarte a esos cambios?
En definitiva, en entornos laborales cada vez más “variables”, donde prima la diversidad e innovación constante, si queremos adaptarnos lo ideal sería que cambiemos la forma de entender el aprendizaje y el desarrollo de las carreras profesionales: ¡¡aprendamos a aprender!! Y ya que estamos, aprendamos a hacerlo fuera de nuestras zonas de confort, rescata tus capacidades más personales y ponlas en valor.
No hay duda de que tendremos que ser cada vez más moldeables, líderes de nosotros mismos, con la motivación intrínseca como lema, donde el trabajar por proyectos o en varios empleos con personas distintas, sea una constante y en donde deberemos gestionar situaciones de “callejón sin salida” ante la pérdida de un empleo o actividad.
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