En la búsqueda de nuevas oportunidades laborales, resulta tan importante hacer un buen balance profesional que defina el nuevo objetivo, como la probabilidad de éxito el ajustarse o no a los tiempos que el mercado laboral determina.
Si nos detenemos a hacer ese balance en detalle lograremos salir ahí fuera mucho más seguros y con un discurso claro y consistente, estando convencidos de lo que aportamos y cargados de argumentos e ilusión para demostrarlo. Con esto, si además conseguimos llegar en el momento adecuado tendremos más probabilidad de éxito, evitando desgaste y frustración.
Las publicaciones de perfiles y sus posteriores contrataciones dependen de cómo se articulan los procesos de selección en cada empresa, por lo que vamos a dar pautas generales en cuanto a las diferentes épocas o momentos del año, para que podáis tener en cuenta los momentos clave:
15 enero – Semana Santa
El periodo que abarca desde el 15 de Enero hasta Semana Santa es uno de los mejores momentos para lanzarse en la búsqueda de un cambio profesional. Se trata de una época del año en la que es más probable que los futuros empleadores estén inmersos en la toma de decisiones que aplicarán durante el resto del año. Además, durante este tiempo se establecen nuevos objetivos a conseguir durante el siguiente ejercicio y, desde una perspectiva financiera, la razón es simple: coincide con la aprobación de nuevos presupuestos que afectarán, sin duda, a las contrataciones futuras.
15 septiembre – 15 diciembre
Al igual que el periodo anterior, en este hay un factor común, la vuelta de vacaciones. Aunque no seamos del todo conscientes, estos momentos ralentizan la mayoría de las decisiones en una compañía; la plantilla se reduce por vacaciones, por lo que resulta más difícil cerrar entrevistas con quien toma la decisión; las relaciones con clientes se aplazan y la gente atiende asuntos personales. Por ello, esta época de otoño es percibida por las empresas como un buen momento para dejar cerrados o muy avanzados sus procesos y contrataciones de cara al nuevo año. Por otro lado, al igual que ocurre en el “inicio escolar”, coincide con el arranque de nuevos proyectos para los cuales es muy posible que se necesiten nuevos recursos. Además, en estos meses del año es cuando, haciendo balance de la primera mitad del año, podemos detectar necesidades que no se han cubierto hasta la fecha y que se quiera poner solución antes de que inicie el nuevo año. Todo ello hace que sean instantes propicios para buscar oportunidades en el mercado.
En contraposición, y como peor época del año, tendríamos el periodo de las temidas vacaciones. Los meses de julio, agosto y diciembre son los peores momentos para salir al mercado de manera activa. Se trata de una época en la que las empresas están a medio gas, con gran parte de su plantilla de vacaciones y en la que los procesos de selección se dilatan y eternizan por cuestiones logísticas y de organización.
Importante recordar que estas son solo pautas generales de cómo se comporta el mercado. Como decíamos al inicio, es importante que esto vaya acompañado de un buen trabajo previo de conocimiento personal y profesional, asegurando que, independientemente de las compañías y sus procesos, tú te encuentras en tu mejor momento vital y profesional.
Solo así conseguiremos marcar diferencias y lograremos posicionarnos dónde realmente queremos, con todo nuestro potencial y valor en el poco transparente y difícil mercado de trabajo.