¿Por dónde empiezo? Esta es la típica pregunta que todos nos hacemos cuando nos planteamos un cambio profesional. Al principio lo vemos todo como imposible y no sabemos cómo «atacar» o trazar un recorrido de las diferentes etapas a las que nos tenemos que enfrentar.
Si identificamos un recorrido estándar de búsqueda de un nuevo proyecto, podríamos comenzar con una primera «etapa de reflexión» en la que debemos plantearnos las siguientes cuestiones: ¿qué quiero hacer?, ¿qué me mueve?, ¿en qué soy bueno?, ¿qué está buscando el mercado?, ¿dónde me gustaría trabajar?, ¿qué responsabilidades tener?, ¿tipo de compañía?, ¿cultura?… Son muchas preguntas que cualquier persona, antes de lanzarse a buscar una nueva posición, debería tener claro. A partir de ahí, si yo tengo claro lo que quiero, por qué lo quiero y por qué soy bueno en ello, va a ser mucho más fácil conseguir el objetivo y convencer a nuestro posible interlocutor de que soy la persona adecuada.
Durante esta primera etapa de definición del objetivo, pasaremos por importantes momentos como la reflexión sobre uno mismo –pensando en habilidades, capacidades, logros conseguidos, hacer un recorrido de toda su etapa profesional–, o la investigación del mercado –donde recurriremos a herramientas como Google, LinkedIn, webs de empleo que nos pueden dar mucha información, así como posibles contactos con quien contrastar la situación actual del mercado y feedback sobre nuestro perfil–.
Con toda la información podremos validar nuestro proyecto y pasar a la siguiente «etapa de preparación antes de salir al mercado». A partir de ahí, surgen una serie de momentos que podríamos identificar como «trabajar las herramientas de venta»; es importante tener diferentes documentos para hacernos visibles al exterior y una manera de hacernos «deseables». Un Cv, una BIO, mi perfil en LinkedIn, twitter, blog, web propia…todo dependerá del proyecto que hayamos definido, pero es importante saber qué herramientas son clave para conseguir ese proyecto y cómo nos van a encontrar.
Este último, es un momento clave; ya hemos hablado en varias ocasiones de este punto, pero el momento del Networking es importantísimo, en España 8 de cada 10 personas se recolocan a través de contactos; un contacto directo o un contacto de un contacto y por ello, debemos dedicar y focalizar mucho nuestro trabajo y esfuerzo durante el viaje a trabajar nuestros contactos. Tomarnos muchos cafés, acudir a eventos, ver a muchas personas de diferentes ámbitos, porque cualquier persona, a priori, puede ser un aliado en tu búsqueda. Cuantas más personas haya ahí fuera mirando por ti, por tu objetivo, más oportunidades tendrás de conseguirlo antes.
Cuando ya llevamos una parte importante del viaje hecho, llega otro momento clave a trabajar: la entrevista; aquí es donde tendremos la oportunidad de conocer a nuestro futuro empleador y en el cara a cara vamos a tener la oportunidad de «vendernos» y contar en detalle todo lo que podemos aportar. Es un momento a trabajar con anterioridad en profundidad y que en muchas ocasiones no llegamos a hacer. Si sabemos prácticamente todas las preguntas del examen, ¿por qué no estudiarlas? Esto mismo pasa en los procesos de selección, prácticamente podemos pensar en posibles preguntas que me van a hacer, podemos saber qué necesidades tienen, en qué momento está la compañía etc… pues preparemos ejemplos concretos con los que podamos demostrar lo que podemos aportar, utilicemos en nuestra exposición todo aquello que conocemos de la compañía para demostrar que sabemos, nuestro interés y, por supuesto, si podemos acudir a contactos internos para tener información en detalle de las necesidades actuales y como enfocar mis mensajes, ¡mejor que mejor!
Tras el momento de entrevistas, nos encontramos ante un momento que podríamos llamar «incertidumbre»: y ahora, ¿qué podemos hacer? Muchas veces ocurre que, tras varias entrevistas, no tenemos noticias y no sabemos muy bien qué hacer. Aquí recomendamos siempre hacer seguimiento, pero siempre de una manera equilibrada, pues los tiempos a veces parecen muy largos para quien está del lado del cambio, pero en el día a día dentro de la rutina de trabajo, los tiempos son mucho más lentos.
Recomendamos tras la entrevista enviar un mensaje de agradecimiento y tras un par de semanas, si no hubiera noticias, preguntar por el proceso. Y ponernos a seguir sembrando en otras direcciones, pues en este viaje hay que sembrar mucho para luego recoger, pues casi siempre no se trata de acciones con respuesta inmediata.
Para resumir nuestro viaje de búsqueda de un nuevo proyecto profesional, como momentos claveque nos encontraremos en el camino destacaríamos:
- Reflexión proyecto: tener claro lo que quiero, por qué lo quiero y por qué soy bueno te ayudará a transmitir con solidez y coherencia aquello que buscas y si uno habla con convencimiento es mucho más fácil llegar a tus interlocutores.
- Análisis DAFOdel mismo: chequear y hacer el encaje con el mercado es clave para saber cómo uno se puede enfrentar ante ese nuevo proyecto aspirante.
- Herramientas de venta: BIo, Cv, LinkedIn, artículos etc: tener muy bien trabajado todo aquello que ayude a hacernos visibles, a que nos encuentren y que fácilmente nos identifiquen como la persona idónea.
- Networking: Hacer un análisis de tu red de contactos e ir ampliándola y trabajándola de manera individualizada, será clave para tener más ojos y oídos ahí fuera con conocimiento de tu nuevo proyecto.
- Entrevista: Tener muy claros los mensajes a transmitir según con quien nos sentemos, estudiarte las preguntas del examen para contestar con seguridad y con los mejores ejemplos seleccionados previamente.
Todos estos momentos que se irán viviendo durante el viaje llevan consigo una serie de percepciones y sensaciones que se vivirán de manera diferente en función de la persona; es un recorrido con muchos altibajos y que, por supuesto, influirá en el proceso, en el avance del mismo y en el éxito futuro.
Por ello hay que pensar siempre en qué puedo hacer, qué depende de uno mismo y seguir avanzando: sembrar, sembrar y sembrar para luego recoger.