El mercado laboral está pasando por una transformación integral que, poco a poco, va dejando entrever cómo será el futuro del empleo. Así, estamos viendo cómo se están adaptando y reinventando las empresas; cómo han surgido nuevas dinámicas de trabajo y las empresas han comenzado a demandar nuevas aptitudes; y cómo han cambiado los procesos de selección y, por tanto, la búsqueda de empleo.
Y es que, por suerte, a pesar de que siempre hemos sido un mercado tradicional y bastante conservador, España va abriendo los ojos a esta nueva realidad, con la que estamos aprendiendo a convivir.
Prueba de ello son los distintos casos a los que nos hemos enfrentado; ejemplos reales que han marcado un cambio de rumbo en las trayectorias profesionales de distintas personas y que, claramente, han marcado un punto y aparte en la búsqueda de empleo, tirando abajo mitos, barreras y auto percepciones que todos, en algún momento, hemos podido imaginar e, incluso, nos hemos impuesto.
“Es imposible encontrar trabajo a partir de los 50”
Empecemos por destruir la barrera de la edad. Imaginemos un profesional con más de 40 años de trayectoria profesional, trabajando siempre en un mismo sector y llegando a ser, lógicamente, un referente en aquello que era experto. Tras la salida de su compañía, decide que aún tiene mucho que aportar a la sociedad, por lo que empieza a buscar un nuevo empleo. Lejos de encontrar en su edad un hándicap, es capaz de poner en valor todo aquello que aporta a una organización –experiencia, el rodaje, la motivación y la ilusión–. A partir de ahí, comienza una investigación acerca de quién o en qué lugares esa valía profesional es necesaria y valorada y, de esta forma, en el plazo de un mes y medio, comienza a trabajar de nuevo como consultor de su especialidad.
Un claro ejemplo de cómo una persona ha sido suficientemente flexible y disciplinada para que –en un tiempo récord– haya podido dar un giro a su carrera profesional, llegando a seguir en activo y aportar desde algo que le ilusiona y apasiona de verdad.
“Es demasiado arriesgado emprender”
¿El emprendimiento es solo cosa de Apple? ¡No! Si tienes un sueño y madera de emprendedor, ¿qué o quién te lo impide? Tras una intensa carrera profesional de éxito, nuestro siguiente protagonista decide que, con la reestructuración de su compañía, prefiere apostar por llevar a cabo su propio proyecto. Por supuesto, esto no es un pensamiento que se tenga de la noche a la mañana, sino que surge de un proceso intenso de introspección, valoración y contraste con la realidad que demuestre que dicho proyecto propio es viable y realista como para poder llevarlo a cabo con cierta seguridad y garantía. Después de hacer números, de establecer una potente red de proveedores y posibles clientes y de tener clara la estrategia de acercamiento al mercado, lanza su nuevo producto: ginebras premium.
Nadie podía asegurarle el éxito al 100%, pero ese miedo y esa inseguridad fue suplida con la ilusión y las ganas por cumplir un sueño, por lo que –siempre desde la responsabilidad– nunca es tarde ni se está tan alejado de nuestro futuro profesional ideal, ¡solo necesitamos marcarnos el objetivo e ir a por él!
“Cambiar de rumbo profesional a cierta edad es un error”
Terminamos con otro supuesto que también es común encontrar, tanto en candidatos en procesos de outplacement como en empleadores. ¿Cuántas veces hemos escuchado la típica frase “pero yo eso no lo he hecho nunca…”? Como decíamos antes, aunque es cierto que el mercado español tiende a premiar la continuidad profesional, penalizando los cambios que puedas ir dando –muy al contrario que el mercado americano–, por suerte, esta visión empieza a cambiar y el siguiente caso es un claro ejemplo de ello.
Con una trayectoria intachable y coherente, siempre dentro de una misma área, esta candidata decide reinventarse para hacer algo completamente diferente. Después de que su empresa sufriera un cambio organizativo y se viera obligada a salir, se plantea buscar un nuevo proyecto enfocado a lo mismo que venía haciendo. Sin embargo, en el momento de contar a los demás lo que quería hacer y según iba recibiendo feedbacks, empieza a darse cuenta de que lo que realmente le hace vibrar y con lo que le brillan los ojos es un proyecto completamente alejado de lo que se planteaba. Así pues, decide hacer caso a este impulso y, de forma muy responsable, comienza a formarse en esta nueva actividad de la que solo sabía que le llamaba la atención y que probablemente siempre había tenido dormida.
A día de hoy, y tras competir con gente mucho más joven que terminaba a la vez que ella los estudios, es feliz desempeñando un trabajo que le llena y en el que da su 100%.
A través de estos casos, no solo derribamos mitos sobre la búsqueda de empleo, sino que demostramos que nada es imposible y que es fundamental aprender a ser mucho más flexibles, adaptarnos a los cambios que vienen y ser algo más resilientes, ya que, si planificamos y definimos conscientemente nuestro objetivo profesional desde nuestras verdaderas ilusiones, ¡lo mejor estará por venir!