“Da igual tener el mejor producto del mundo, si éste no está en las estanterías de todos los supermercados nadie nos lo va a comprar”. Esta frase se la oí en una ocasión a un candidato (persona a la que acompaño profesionalmente en la búsqueda de un nuevo empleo) y ya jamás la pude olvidar.
Pues si, si yo tengo algo valiosísimo pero nadie lo conoce me puede valer de poco. De ahí la “lucha” que en ocasiones mantengo con las personas a las que intento ayudar para que “salgan de su ordenador” y “conozcan mundo” y a su vez den “su producto” a conocer. Si consigo estar en la mente de 50, 60 o 70 personas automáticamente dejo de estar sólo en la búsqueda de trabajo, ya tengo a un conjunto de personas que pueden también ser mis “ojos y mis oídos” ahí fuera.
Ahora bien, nada de esto tendrá lugar si no soy capaz de realizar una serie de acciones concretas que me garantice que las “cosas ocurran”. Es por ello que si una persona tiene muy bien definido lo que quiere y puede ofrecer, ha sido capaz de hacerlo atractivo, y además conoce el público objetivo al que quiere dirigirse (sectores, empresas, oficios), es importante el hacernos un plan comercial que nos permita ser sistemáticos y muy rigurosos. En resumidas cuentas, todo consiste en adquirir buenos hábitos que, como decía la frase del comienzo, nos den a conocer ahí fuera.
Si yo pensar en acciones concretas para ir haciendo realidad mi plan comercial podría plantearme cosas tales como:
- Investigar y detectar mis posibles empresas objetivo. Hacer un inventario e ir identificando una a una todas la organizaciones que pueden ser de mi interés. Por cada una debería ir detectando posibles contactos interesantes, información cuantitativa y cualitativa, etc. Además esto es un documento “vivo” que todas las semanas debería trabajar. Todas las semanas puedo descubrir nuevas empresas (o sectores) y todas las semanas puede obtener más información sobre las organizaciones o sobre las personas. Si lo hago por escrito empleando alguna herramientas concreta mejor que mejor.
- Detectar empresas de selección y Headhunters con las cual me gustaría contactar. Su trabajo es unir “vacantes con personas” y parte del mío es “conocer y darme a conocer”. Es por ello que nuevamente a través de una herramienta sencilla es necesario que todas la semanas vaya inventariando y averiguando el “quién es quién” y, en la medida de lo posible, vaya avanzando intentando mantener interacciones “online” pero también de manera presencial.
- Ser muy riguroso y sistemático en la detección de todos los movimientos que producen en los ahí fuera. La tecnología en este sentido juega a nuestro favor (portales de empleo, RSS, etc.). En estos momentos tenemos que ser capaces todas las semanas de llegar a todos las novedades, noticias o cambios que se produzcan en cualquier empresa relacionada con nuestro objetivo. Piensa que en ocasiones el movimiento que se produce en una empresa puede ser indicativo de lo que pueden pasar en otras de ese mismo sector o de sectores afines (o incluso en actividades económicas afines o ya sea en sus proveedores o clientes). Hay muchas cosas que “ocurren” todos los días y que yo tengo que tener la capacidad de detectar con velocidad.
- Hacer un seguimiento exhaustivo de todos los procesos en los que participo. Esto es una obviedad pero a veces me sorprendo. Conozco a mucha gente que tras una entrevista me dice, “ha estado fenomenal” y desgraciadamente luego no se acuerda del nombre de la persona que le ha entrevistado. También es habitual que antes de una entrevista o después, el participante del proceso apenas haga nada. Y como siempre suelo recordar “a veces los más pequeños detalles pueden marcar las grandes diferencias”. Pues en este tipo de cosas también debo de hacer un seguimiento proactivo y sistemático.
- Todas las semanas compartir 30 minutos de una “sana conversación” con 3-4 personas. Si esto lo hago durante 2 o 3 meses, en muy poco tiempo varias decenas de personas me “tendrán en su cabeza” (y yo habré podido obtener un montón de buena información y muy buenas ideas). De hecho de cada conversación me surgirán nuevas ideas de manera que una me llevará a otra y así sucesivamente. Estaré muy “vivo” y muy presente en el “mercado”, ahí fuera.
Y por favor nunca olvides que si no intento organizarme o planificarme es muy posible que ocurran una de estas dos cosas:
- O que mi agenda esté vacía, situación que a veces me lleva a que entre el pánico, la desidia o la ansiedad
- O lo que es peor, que mi agenda este “llena” de actividades que nada tienen que ver con la búsqueda de un nuevo trabajo. Esto es muy habitual y a las personas nos genera cierta tranquilidad (sentir que tenemos el tiempo ocupado) pero puede acabar por convertirse en un gran problema, ya que cada día que pasa y no hago por acercarme a mi nuevo proyecto, las dificultades de hacerlo realidad se hacen mayores.
Los buenos hábitos generan sanas rutinas y las rutinas acaban por conformar tu carácter. En un momento importante como es la búsqueda de un nuevo trabajo la sistemática y la disciplina pueden ser uno de nuestros mejores aliados. Si lo llevamos a la práctica puede llegar a convertirse en una “fuente de felicidad personal” (nos hará sentir muy bien) y sin duda también una fuente de nuevas oportunidades.