Probablemente, si nos encontramos en un momento de transición profesional, la posibilidad de elegir entre varias ofertas laborales suene a utopía. Pero no es así. Muchas veces nos encontramos con situaciones en las que, tras tiempo esperando a que llegue una oferta, llegan varias de golpe. Y aquí llega un problema que, hasta el momento, no habíamos esperado (de hecho, hasta probablemente hubiéramos deseado).
Y es que, probablemente, durante el proceso de búsqueda de empleo nos hayamos llegado a desesperar porque no llegaba nada, pero esto no quita que, cuando llega, nos suponga un estrés añadido saber si estamos tomando la decisión adecuada o no.
No queremos lanzarnos a la piscina a la primera, por miedo a equivocarnos; no queremos quedar mal con quien nos ha hecho la oferta, pero tampoco queremos precipitarnos en la decisión; no queremos dejar pasar una oportunidad por miedo a que la siguiente no salga. En definitiva, se nos plantea un escenario donde, aunque tengamos la suerte de poder elegir, nos da miedo equivocarnos.
En este sentido, parte de nuestro trabajo previo de preparación para encontrar un nuevo empleo debe contemplar esta posibilidad. Y es que, parte de una transición profesional debe conllevar un momento de reflexión que nos permita tener claro nuestro proyecto deseado. De este modo, si desde un principio encaminamos la búsqueda hacia el lugar donde queremos estar y donde más creemos que podemos aportar, cualquier decisión será más sencilla de tomar.
Consejos para elegir el trabajo adecuado
- Ante una oferta laboral, tomate tu tiempo para reflexionar. Agradece la oportunidad, pero pide un tiempo para analizarlo; la otra parte entenderá perfectamente que necesites unos días para sopesar pros y contras y, de hecho, te hará parecer más responsable y comprometido.
- Analiza la oferta económica –si se ajusta o no a tus expectativas, pero sobre todo si lo hace a tus necesidades financieras–, pero que este punto no determine tu decisión.
- Analiza los detalles profesionales de la posición: qué rol asumirías, cómo es el equipo, cómo son tus superiores y todo lo que, profesionalmente, te puede aportar esta posición en tu trayectoria.
- Haz un balance profesional y personal, donde determines si la oferta se ajusta o no al equilibrio deseado.
- Si tienes la oportunidad, y no lo has hecho previamente, consúltalo con amigos o conocidos que puedan darte información de cómo sería trabajar ahí. La opinión de alguien interno puede ser esclarecedora.
- Piensa en el medio-largo, no en el corto. No te precipites por tener algo en la mano y dedica tiempo a pensar si es lo que, verdaderamente, cumple con lo que estás buscando o puede ayudarte a conseguirlo en el futuro.
- No tengas miedo por utilizar estas ofertas para “presionar”a la que más te interesa. Tener otras ofertas sobre la mesa puede hacer que la empresa por la que realmente quieres apostar agilice sus procesos para poder darte una respuesta.
Y recuerda, llevamos tiempo buscando una oportunidad en la que nuestros intereses, motivaciones y capacidades estén alineadas con lo esperado y requerido para un proyecto; que la precipitación no nos lleve a encontrar un parche en vez de una alternativa duradera alineado con nuestras aspiraciones profesionales.