Darwin decía “o te adaptas o mueres”, pero, ¿no sería más sensato, apasionante y valiente, no adaptarnos y hacer cosas nuevas para lograr un cambio? ¿Y si fuéramos capaces de pensar de otra manera y hacer cosas distintas para diferenciarnos del resto?
Hoy en día parece que todos debamos adaptarnos y seguir viviendo para subsistir y permanecer bajo lo convencional y preestablecido por la sociedad, pero, ¿realmente es lo que queremos?, ¿es lo que buscamos?
Las personas que cambian su vida y la del resto del mundo – como los verdaderos líderes o innovadores – nunca se adaptan; piensan por sí solas, son críticas consigo mismas, con la sociedad y sus procesos y son las que acaban triunfando porque son distintas, se atreven a pensar fuera de la caja. Y, ¿por qué no se adaptan? Por una simple razón: saben que, si lo hacen mueren y se convierten en una más.
A lo largo de nuestra carrera profesional, es muy probable que nos veamos inmersos en momentos de estancamiento en los que no tengamos fuerzas para cambiar la situación en la que nos encontremos o que nos veamos en un callejón sin salida. Einstein decía que “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”, es por ello que si pensamos lateralmente – la nueva forma de mirar el mundo, según el psicólogo maltés, Edward de Bono – seremos capaces de cambiar las reglas actuales y hacer algo distinto a lo habitual, enfrentándonos a nuestros miedos y sueños para ser capaces de llegar a ellos pensando de manera distinta al resto.
Desde hace muchas generaciones nos han enseñado a pensar de manera convergente, es decir, decidir entre un par de soluciones. Pero, ¿cuántas soluciones tienen los problemas a los que nos enfrentamos diariamente? Una, dos o infinitas en función de cuál sea la forma de enfrentarnos a dicho conflicto. Si lo hacemos desde una visión de encontrar únicamente una solución al problema, obtendremos dos, tres o, como mucho, cuatro respuestas; si nos enfrentamos al problema desde la perspectiva del crítico, de no dar nada por hecho, de dejar de pensar lo que harían los demás y sacamos nuestro lado creativo, innovador y crítico, tendremos tantas soluciones como nos creamos capaces.
Y es que, muchas veces, cuando pasamos por situaciones de incertidumbre o desmotivación laboral, nos damos cuenta de que tenemos un problema, pero no hacemos nada por cambiarlo; escogemos quedarnos en nuestra zona de confort. Ante eso, ¿porqué no pensamos lateralmente?, ¿por qué no cogemos las riendas de nuestra vida y pensamos de manera distinta para hacer realidad nuestros sueños?, ¿qué podemos perder? Lo más probable es que seguir así nos lleve a la frustración profesional y personal; pero si luchamos por cambiar y conseguir aquello que queremos, nuestra actitud se verá reflejada en nuestras acciones y éstas nos llevarán a conseguir nuestro verdadero objetivo.
Para llevar a cabo estos cambios, también es importante no limitarnos por las reglas impuestas y no guiarnos por los prejuicios que hemos ido acumulando en nuestra mochila a lo largo de los años. Seguir aprendiendo cada día, adquirir nuevas habilidades o cuestionarnos cosas que para nosotros antes eran incuestionables, nos ayudará a enfrentarnos a ello y a auto convencernos de que podemos hacer todo aquello que nos propongamos. Recuerda, tú tomas tus propias decisiones y si piensas “fuera de la caja”, acertarás.
Asimismo, el miedo al fracaso es uno de los principales factores que nos frenan a la hora de experimentar o pensar lateralmente. Pero, como decía Henry Ford, “el fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia y es más fructífero que el éxito”, así que, si no conseguimos nuestro objetivo a la primera, ni a la segunda, no dudemos en seguir intentándolo y luchando porque de todo fracaso siempre se obtienen aprendizajes que nos harán ser mejores y más fuertes.
Y, por último, no olvidemos que las empresas están deseando incorporar en sus equipos a personas que piensen más allá de lo establecido, que tengan un espíritu crítico y sean capaces de romper con lo convencional. Así pues, si tenemos claro quiénes somos y cuál es nuestro propósito; si definimos nuestros objetivos y, además, pensamos lateralmente, sin duda, esto se traducirá en un impacto positivo en nuestra empleabilidad.
Atrévete a pensar fuera de la caja y verás la excelencia en los resultados que consigas.