“Estoy compitiendo por una misma posición con otros muchos profesionales muy bien preparados”. Esta frase la tengo bien presente cuando estoy ayudando a una persona a encontrar un nuevo proyecto profesional.
Por mi experiencia el ser cuidadoso y brillar en los pequeños detalles en ocasiones puede marcar diferencias. Es por ello que, cuando uno busca trabajo deber de ir trabajando muy diferentes elementos (revisar su trayectoria profesional, definir un nuevo proyecto, trabajar “su mensaje”, el CV, etc.) siendo excelente en cada uno de ellos.
Como son muchos temas (y todos ellos bien importantes) a mi siempre me ha sido de utilidad el hacer el ejercicio el pararme a pensar para que todas estas diferentes “piezas” de mi plan de marketing personal encajen a la perfección. De hacerlo seré capaz de trasladar un imagen muy sólida y coherente al exterior. No muchos lo logran.
Ahora bien, si me paro a pensar en cuáles de esos elementos suele costar más “el trabajarlos”, uno de ellos sin lugar a dudas es el
definir con claridad aquellas 3 ó 4 características que tú quieres ofrecer al mercado. Por mi experiencia personal cuesta mucho el concretar las 2-4 características que yo soy capaz de “vender” y tengo muy claro que no podemos ir a vender 20 características diferentes, por lo que deberemos identificar aquellas que yo puedo ofrecer con fuerza y que además futuros empleadores desean incorporar. Para ello será a mi siempre me ha sido de gran utilidad el realizar un doble ejercicio:
- En primer lugar realizar una intensa labor de introspección y análisis de mi trayectoria y perfil profesional hasta encontrar, siendo capaz de argumentarlo de manera excepcional, aquello que sé hacer muy bien y que pueda trasladar con fuerza empleando hechos constatables.
- En segundo lugar realizar un análisis muy detallado de lo que se demanda y solicita “ahí fuera”, en el mundo de la empresa, de mis futuros empleadores. Qué y por qué están dispuestos a contratar.
Como resultado de este doble ejercicio seré capaz de identificar las tres o cuatro características que yo soy capaz de vender y que están bien conectadas con los que otros quieren comprar. Ahora bien, sólo con este ejercicio no creo que sea suficiente.
Siempre he sentido que tienen mucho más impacto aquellas personas que son capaces de hacerme sentir lo que son sin “verbalizarlo” que aquellas otras que lo hacen utilizando palabras que muchas veces me suena muy “manidas” (“trabajo muy bien en equipo”, “estoy muy orientado al cliente”, etc.). Es por ello que por cada característica que yo haya identificado resulta muy útil el encontrar sólidos argumentos, experiencias y ejemplos concretos que me permitan trasladarlo con fuerza. Son hechos, datos o evidencias que “hablan por mi”. A continuación os muestro un ejemplo práctico, en este caso de un persona que trabaja en atención al cliente:
Conseguir, de una manera sintética, detallar lo que tú eres, ofreces y asociarlo con lo que se demanda es lo que yo te propongo lleves a cabo haciendo para ello tu plan de marketing personal. De conseguirlo tu impacto por escrito y en un cara a cara se incrementará exponencialmente. Serás capaz de trabajar con mucho más foco y con un mucho mejor y más potente discurso.
Recordarte que, al igual que tu proyecto o mensaje, tu plan de marketing puede (y debería) ir evolucionando con el tiempo.
En la medida que avances en tu proceso, interactúes con más personas y conozcas sectores, empresas y posiciones que ahora no tienes en mente, tu proyecto y manera de acercarte al mercado posiblemente vaya cambiando. Un proceso de búsqueda de un nuevo trabajo debe ser algo “evolutivo”, algo dinámico en el que tu irás descubriendo nuevas cosas, cambiando y aprendiendo conforme vayas avanzando.